Existe la posibilidad que durante un proceso de duelo la persona comience a hacer uso del alcohol y las drogas como una forma de ahogar las penas, de estimularse para mejorar el humor o como una solución para relajarse o estar alegre. 

Con el tiempo, la persona puede recuperar su estabilidad emocional y la capacidad para continuar con su vida laboral, social, académica, familiar, amorosa, pero no siempre transcurre de esta manera. Algunos no pueden encontrar sentido a la vida tras la pérdida, así que necesitarán de una ayuda profesional como un psicólogo o psiquiatra para sobrellevar la situación.

Sin embargo, existe también la posibilidad de que la persona tome la decisión de automedicarse, es decir, que sin asistir a un especialista consuma fármacos para calmar sus emociones o sentimientos, y en otros casos, el consumo que realice sea de alcohol o sustancias psicoactivas para “acompañar” ese proceso de duelo no resuelto. 

El uso de drogas y alcohol puede concebirse como una ayuda para afrontar la devastadora situación, pero en realidad, lo que logra la persona es entrar en un estado de anestesia temporal del dolor por los efectos psicoactivos que la droga genera.

Según expertos, más allá de los efectos desinhibitorios o estimulantes de las sustancias, también producen un efecto depresor, conocido como bajón, el cual puede potenciar la angustia del proceso de duelo.

Otros efectos del uso de sustancias en situaciones de duelo:

• Produce una falsa sensación de bienestar, seguida de una sensación de tristeza o de vacío, potenciada por los efectos desagradables y no deseados de las drogas.  
• Puede pasar del uso al abuso. Esto significa que la persona no logra controlar su consumo y éste se torna excesivo, desmedido, sin límites.
• Además, de consecuencias físicas y psicológicas, el abuso de sustancias puede traer nuevos problemas: dificultades para realizar las actividades cotidianas, problemas en el trabajo o estudio, conflictos vinculares, accidentes.
• El abuso de drogas puede transformarse en dependencia, si la persona piensa que necesita de las sustancias para estar mejor y si no consume siente malestar, inquietud, ansiedad.
• El uso y abuso de sustancias en un proceso de duelo sólo provocarán que éste no logre tramitarse de forma sana y natural. Podrán actuar como una anestesia emocional que permita evadir de la dolorosa realidad. 
• Además, podrán producir consecuencias negativas en la vida completa de la persona en situación de duelo.

Si estás atravesando un proceso de duelo, los expertos recomiendan:

1. Pide ayuda e intenta no aislarte. Vivir un proceso de duelo es complejo. Tener acompañamiento es clave para transitarlo con contención y de una forma más saludable.
2. Acepta las emociones y pensamientos que tienes en este momento, son reacciones naturales y propias del proceso que atraviesas. Es esperable sentir rabia, desilusión, impotencia, confusión, tristeza. 
3. Evita el consumo de sustancias psicoactivas como alcohol, marihuana o cocaína. El duelo no se supera de la mano de las drogas.
4. Si tienes problemas para conciliar el sueño, realizar actividades diarias o te sientes muy desanimado y triste acude a un profesional de la salud antes de optar por medicarte por tu cuenta.
5. Intenta realizar conductas de autocuidado: alimentación adecuada, higiene personal y descanso necesario.
6. Intenta retomar de a poco tus actividades cotidianas, trabajo o estudio. 
7. Comienza alguna actividad que te genere bienestar, como una actividad deportiva, recreativa o social.